La tristeza y la furia
En un reino encantado donde los hombres nunca pueden llegar, o quizás donde los hombres transitan eternamente sin darse cuenta... En un reino mágico, donde las cosas no tangibles, se vuelven concretas...
Había una vez...
Un estanque maravilloso.
Era una laguna de agua cristalina y pura donde nadaban peces de todos los colores existentes y donde todas las tonalidades del verde se reflejaban permanentemente...
Hasta ese estanque mágico y transparente se acercaron a bañarse haciéndose mutua compañía, la tristeza y la furia.
Las dos se quitaron sus vestimentas y desnudas, las dos, entraron al estanque.
La furia, apurada (como siempre está la furia), urgida -sin saber por qué- se baño rápidamente y más rápidamente aún salió del agua...
Pero la furia es ciega, o por lo menos, no distingue claramente la realidad, así que desnuda y apurada, se puso, al salir, la primera ropa que encontró...
Y sucedió que esa ropa no era la suya, sino la de la tristeza...
Y así vestida de tristeza, la furia se fue.
Muy calma, y muy serena, dispuesta como siempre, a quedarse en el lugar donde está, la tristeza terminó su baño y sin ningún apuro (o mejor dicho sin conciencia del paso del tiempo), con pereza y lentamente, salió del estanque.
En la orilla encontró que su ropa ya no estaba.
Como todos sabemos, si hay algo que a la tristeza no le gusta es quedar al desnudo, así que se puso la única ropa que había junto al estanque, la ropa de la furia.
Cuentan que desde entonces, muchas veces uno se encuentra con la furia, ciega, cruel, terrible y enfadada, pero si nos damos el tiempo de mirar bien, encontramos que esta furia que vemos, es sólo un disfraz, y que detrás del disfraz de la furia, en realidad... está escondida la tristeza.
Jorge Bucay
6 comentarios:
Un cuento muy bonito. Algunas veces deberiamos de ver como bien dice que hay detras del mal humor de las personas, y seguramente descubriremos que no son felices por algo y que por eso mismo, al no estar bien consigo mismo lo demuestran estando enfadados con los demas.
un saludo.
Bucay, siempre nos regala sus enseñanzas con las que aprendemos de verdad.
Como bien dices, muchas personas no están a gusto con su vida y solo saben proyectar esa tristeza y dolor que sienten hacia otras personas con furia y rabia.
Gracias por pasarte por aquí y dejar tantos comentarios, es un detalle por tu parte.
Un saludo.
Es muy bueno Bucay si,yo tengo algun libro suyo.
A veces nos escondemos detras de una fachada y nos enfadamos con el mundo entero,solo por que algo dentro de nosotros no marcha bien y no sabemos como sali de detras del muro.
Muy bonito este cuento,que invita a reflexionar....
Por cierto,pasate cuando puedas por mi blog ;)
Saludos!!!
Si que lo es Tere, los cuentos de Bucay siempre hacen reflexionar. Ya te he dejado un comentario en tu blog.
Saludos.
@ngelito, me ha encantado este cuento tan metafórico de Bucay. Al estilo de la canción de Mecano entre Ana y el mar.
Ya veo que no pierdes ritmo en tu actividad bloggera! (asombroso).
Un saludo
Hola Ricardo, me alegro de que te haya gustado. Esa canción está muy bien. Mecano tiene temas muy buenos que siempre quedan en el recuerdo.
Se hace lo que se puede con el blog, gracias por tu apoyo y por los ánimos que me das. Eso ayuda mucho, sabes?
Un saludo y tu sigue con tu blog, que aprendemos mucho de cine también.
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