En soledad

Caminando por un parque, me aproximo a un banco y me siento en él. No tengo nadie a mi alrededor, únicamente una persona embriagada está sentada frente a mí. Ahogando sus penas en alcohol, no hace más que hablarse a sí mismo, puedo contemplar su soledad, pero beber no le hará sentirse mejor, aunque así lo crea. Es triste presenciar lo que ven mis ojos, y más aún cuando has tenido personas cercanas a tí viviendo ese mismo problema. Pero la vida continúa....

Mientras tanto percibo como los rayos de sol de este hermoso día penetran sobre mi piel. El viento acaricia suavemente mi rostro. Escucho a los pájaros cantar, las palomas llaman mi atención con su típico graznido. Se acercan a mí para que las dé alimento, pero no tengo nada que ofrecerles, las observo detenidamente, no paran de moverse. Puedo oler el perfume que desprenden las flores que tengo ante mí y asistir a la belleza de una inmensa gama de colores que poseen.

Decido ponerme cómodo en el banco y cierro los ojos para disfrutar de esta cálida temperatura que mantiene mi cuerpo en un estado de relajación total. ¡Me siento bien!.

Quiero olvidarme del tiempo por un instante y continuar sintiendo este estado de plenitud en el que me encuentro sumergido. Me evado de mis pensamientos para disfrutar de este preciso momento, ahora no hay nada más, solo este momento.

Pongo a aflorar todos mis sentidos y observo detenidamente todo lo que me rodea. Permanezco así varios minutos, es una sensación tan placentera que todos mis problemas parecen no existir durante este preciado momento.
Es más, lo problemas que pueda tener, no son mas que barreras que yo mismo pongo en mi camino. Pero los voy a superar, porque voy a ser fuerte y no voy a dejar que nada ni nadie se interponga en mi camino.

Voy a encontrar mi felicidad, buscando en mi interior, en lo más profundo de mi ser, en soledad...