La industria láctea
La industria láctea
Cuando se habla de la producción de leche, nos viene a la mente la imagen bucólica de las vacas pastando mansamente en unos extensos prados verdes. Ciertamente esta situación, que todavía se produce en muchas regiones (sobre todo en zonas rurales), no es la base de la competitiva industria láctea para obtener sus enormes producciones. Salvo en las zonas rurales, hoy en día es prácticamente imposible acceder a una leche en estado "natural". Estamos a merced de la industria y nos ofrecerán lo que ellos quieran. En los casos en que se podría conseguir leche de un ganadero local, quizás antes de ningún tratamiento, seguramente éste se arriesga a una buena sanción en caso de que Sanidad se enterase.
En general, los lácteos de mayor consumo son la leche, quesos, yogures, helados, mantequilla, nata. Dentro de ellos, existe una amplia gama. Es curioso observar cómo han ido intentando salvar los problemas que acarrean haciendo modificaciones en los productos para que "se adapten a las necesidades nutricionales de cada individuo": si la leche entera es mala para el colesterol, sacamos leche desnatada; si la desnatada "parece" agua, sacamos la semi-desnatada; si al desnatar pierde las vitaminas liposolubles, añadimos vitaminas A y D; si tienes riesgo de osteoporosis, añadimos calcio; si tienes más colesterol, sacamos la leche con Omega-3 en vez de grasa animal... En definitiva, lo que nos venden es un "brebaje" industrial que nada tiene que ver con el producto "natural" original y sus supuestas virtudes.
Con los yogures sucede igual, ahora parece que si no tomas bífidus, estás fuera de onda. He leído artículos diciendo que diversos estudios no han encontrado pruebas de que los bífidus reporten beneficios especiales para la flora intestinal ni la salud, ni la leche ni el yogur. Ese mito de que los búlgaros eran muy longevos por tomar yogur, parece ser que no tiene base científica (quizá sea por un conjunto de factores de vida, no por el yogur). Por cierto, ¿te has fijado que los yogures actuales ya no están hechos a partir de la leche, sino de sólidos lácteos o leche en polvo? Por supuesto, es mucho más rentable descomponer la leche en sus ingredientes y almacenarlos para gestionar los excedentes, usándolos según sea necesario.
"El yogur del siglo que viene", el "mousse", es más cremoso, claro, lleva nata añadida. Ahora se produce gran cantidad de leche desnatada, ¿te has parado a pensar qué se hace con la nata sobrante al desnatar la leche? ¿Crees que la tiran a la basura? ¿Adónde más irá a parar?
Con el suero sucede algo parecido. Es un subproducto de la fabricación del queso. Si lo tiran, es una sustancia muy contaminante y deshacerse de él representa un grave problema para esa industria (según el libro Vida Sana, p. 330). La solución: introducirlo en los alimentos como ingrediente. Incluso se vende como suplemento dietético por su "alto contenido en sales minerales, etc.".
¿Has oído hablar de los excedentes de mantequilla que se tiran al océano para mantener los precios estables? Sale más rentable que regalarlo a los países del tercer mundo.
Hablando de regalar al tercer mundo: casi siempre se les suele enviar leche en polvo. Es una forma de sacarse de encima los excedentes; seguro que no la regalan, harán un precio especial. Desde luego, más vale eso que morir de hambre, pero ¿qué efectos puede tener un producto tan desnaturalizado sobre la salud de los receptores? El Proyecto China ha demostrado que los países del tercer mundo (en los que culturalmente jamás se ha consumido lácteos), no padecen osteoporosis y otras enfermedades relacionadas; si les imponemos los hábitos occidentales, les estamos "regalando" muchos problemas de salud.
Incluso las margarinas vegetales suelen incorporar algún derivado lácteo.
Aunque se puede argumentar que uno bebe poca leche (o ninguna), lo cierto es que la mayor parte de los lácteos se ingieren de forma camuflada. Un ejemplo de ello es que hoy en día es realmente difícil encontrar un producto de panadería (pan de molde, galletas, bollería, etc.) que no lleve algún lácteo (indican sólidos lácteos, suero, proteínas de leche, leche en polvo, lactosa, ácido láctico, aditivos E-471, 472, etc)
Los procesos de transformación (pasteurización, etc) se nos han vendido como una medida de seguridad para el consumidor, para eliminar todos los gérmenes. En realidad, estos procesos no "higienizan" la leche (continúa igual de sucia, con pus, sangre, antibióticos, hormonas), pero transforman sus cualidades convirtiéndola en un producto "muerto". Al estar muerta, lo que sí se consigue es que dure en los almacenes muchos meses, evitando pérdidas económicas. La máxima expresión de esto es separarla en sus ingredientes o transformarla en leche en polvo. En el libro Vida Sana, se indican multitud de experimentos realizados en los que, debido a su desnaturalización, la leche muerta no es suficiente ni siquiera para mantener en vida a los terneros, cosa que evidentemente sí sucede estando cruda.
La leche pasteurizada es dañina para la salud.
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