Tartrazina
Los colorantes buscan dar un color atractivo a los alimentos. Si bien hay algunos que son inofensivos como los de origen natural, hay otros -artificiales- como la tartrazina, que pueden producir alergia -siendo lo más grave el shock anafiláctico- o reacciones adversas al activar mecanismos no inmunológicos.
También se han descrito una relación entre colorantes y síndromes de hiperactividad, déficit atencional y crisis de asma bronquial.
La tartrazina es un colorante amarillo que tiene un parentesco químico con la aspirina. Otras denominaciones de este colorante son E102 ( Unión Europea ) y Amarillo 5 o Yellow 5 ( FDA-USA ). Está presente en refrescos, jugos, productos de pastelería, flanes, gelatinas, postres, galletas, derivados cárnicos (embutidos, salchichas), conservas, vegetales, helados y caramelos. Puede producir tos espasmódica, crisis asmáticas en personas alérgicas a la aspirina, rinitis alérgica, picazón cutánea, insomnio o trastornos del sueño e hiperactividad.
Según los especialistas esta sustancia afecta directamente la conducta de los niños por dos vías: despierta una reacción pseudo-alérgica en el organismo y la consecuente liberación de histamina. Este es un compuesto presente en todas las células del organismo y, en una situación normal, es liberada como respuesta del sistema inmunológico ante una inflamación o una alergia.
Pero cuando la tartrazina llega al torrente sanguíneo afecta directamente a las células para que liberen histamina sin activar al sistema inmune. Por ello, no se manifiestan los síntomas propios de la alergia como dilatación de capilares, baja en la presión sanguínea, incremento en la secreción de jugos gástricos y picazón. Pero sí se evidencian cambios anímicos, irritabilidad, insomnio y ansiedad en los niños.
Simultáneamente, actúa en el cerebro alterando los espacios sinápticos, donde se efectúa el intercambio de información entre neuronas, con síntomas similares: falta de concentración, somnolencia e hiperactividad. Se afirma que basta ser un consumidor habitual, por ejemplo de jugos artificiales, para que los síntomas se presenten. Un niño que toma jugos en sobre a diario, poco a poco va cambiando su conducta. Le cuesta prestar atención en clases, quedarse quieto y presenta intensos dolores de cabeza. Se sostiene, además, que la relación entre el consumo de colorante y el aumento en los niveles de histamina, es directamente proporcional.
A pesar de que el uso de tartrazina está autorizado en más de sesenta países, ya se prohibió en Noruega, mientras que en Austria y Alemania pronto se prohibirá. La resolución 94/36/EC la prohíbe parcialmente en la Unión Europea. La legislación estadounidense exige que se indique explícitamente la presencia de este colorante en la etiqueta de los productos para que el consumidor final tome la decisión de comprarlo o no.
También se han descrito una relación entre colorantes y síndromes de hiperactividad, déficit atencional y crisis de asma bronquial.
La tartrazina es un colorante amarillo que tiene un parentesco químico con la aspirina. Otras denominaciones de este colorante son E102 ( Unión Europea ) y Amarillo 5 o Yellow 5 ( FDA-USA ). Está presente en refrescos, jugos, productos de pastelería, flanes, gelatinas, postres, galletas, derivados cárnicos (embutidos, salchichas), conservas, vegetales, helados y caramelos. Puede producir tos espasmódica, crisis asmáticas en personas alérgicas a la aspirina, rinitis alérgica, picazón cutánea, insomnio o trastornos del sueño e hiperactividad.
Según los especialistas esta sustancia afecta directamente la conducta de los niños por dos vías: despierta una reacción pseudo-alérgica en el organismo y la consecuente liberación de histamina. Este es un compuesto presente en todas las células del organismo y, en una situación normal, es liberada como respuesta del sistema inmunológico ante una inflamación o una alergia.
Pero cuando la tartrazina llega al torrente sanguíneo afecta directamente a las células para que liberen histamina sin activar al sistema inmune. Por ello, no se manifiestan los síntomas propios de la alergia como dilatación de capilares, baja en la presión sanguínea, incremento en la secreción de jugos gástricos y picazón. Pero sí se evidencian cambios anímicos, irritabilidad, insomnio y ansiedad en los niños.
Simultáneamente, actúa en el cerebro alterando los espacios sinápticos, donde se efectúa el intercambio de información entre neuronas, con síntomas similares: falta de concentración, somnolencia e hiperactividad. Se afirma que basta ser un consumidor habitual, por ejemplo de jugos artificiales, para que los síntomas se presenten. Un niño que toma jugos en sobre a diario, poco a poco va cambiando su conducta. Le cuesta prestar atención en clases, quedarse quieto y presenta intensos dolores de cabeza. Se sostiene, además, que la relación entre el consumo de colorante y el aumento en los niveles de histamina, es directamente proporcional.
A pesar de que el uso de tartrazina está autorizado en más de sesenta países, ya se prohibió en Noruega, mientras que en Austria y Alemania pronto se prohibirá. La resolución 94/36/EC la prohíbe parcialmente en la Unión Europea. La legislación estadounidense exige que se indique explícitamente la presencia de este colorante en la etiqueta de los productos para que el consumidor final tome la decisión de comprarlo o no.
0 comentarios:
Publicar un comentario